Termino de leer una novela que se me ha impuesto como un golpe de reflexiones ineludibles. También esto pasará, de la catalana Milena Busquets.
Leida dos veces -ningun comentario literario puede hacerse, creo, sobre una sola lectura-, su final que se nos precipita como una elegía del amor, me hace llorar.
No suelo llorar con las lecturas, recuerdo muy pocas veces -una de ellas fue La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes-, pero Milena Busquets ha logrado con sencillez y una intensidad emocional poco común, trasmitir lo que se siente cuando se pierde a la madre.
"A veces me cuento la historia que tú me contaste un día, sentada en mi cama, para consolarme de la muerte de mi padre: Erase una vez que en un lugar muy lejano, tal vez China, había un emperador poderosísimo y listo y compasivo, que un día reunió a todos los sabios del reino,