viernes, 15 de mayo de 2020

Adios, gran profesor y amigo

¿Quién puede resumir en pocas líneas el sentido de una vida? Y algo más: ¿Cómo saber si es a través de lo que elegimos que  estamos develando lo esencial?
En la vida de Roberto Yahni, muerto el 24 de abril de 2020 en dolorosas circunstancias –pandemia, aislamiento, soledad- me atrevo a decir que el eje fue su vocación. Enseñar, aprender, escribir: y antes de todo esto, por supuesto, leer.
Lo conocí siendo su alumna en la cátedra de Literatura Española Contemporánea, en aquella gloriosa Facultad de Filosofía y Letras que en 1961 tuvo como titular a Guillermo de Torre, aquel español que supo enseñarnos a leer las vanguardias a través de sus repercusiones en la literatura española.
Roberto Yahni era un profesor entusiasta, y nos abrió a sus alumnos,
no mucho más jóvenes que él, el acceso a escritores españoles que en aquellos años publicaban en una España soterrada. Fueron mis compañeros los poetas José Malagón y Luis Tedesco:  nunca nos perdíamos sus clases, en aquellas aulas de la calle Florida y Viamonte.
Había nacido en 1937, es decir que en aquellos días cumplía 24 años.