viernes, 24 de abril de 2015

La cultura de lo trivial

La cultura de lo trivial

Ayer, 23 de abril, fue el Dia del Libro. En nuestra cultura el Libro, así, con mayúscula, esta en el origen. Sucesivos soportes, desde el rollo, pasando por el códice hasta el modernísimo y tan útil ebook, toda clase de textos y de autores han ofrecido en nuestras culturas belleza, poesía, ficción, testimonio, denuncia, memoria.
Sin embargo ayer, en la inauguración de la  feria cuadragesimo primera, los discursos fueron de una patética falta de contenido. 
No fui. Decidí ahorrarme una decepción más. Pero estuve por allí, en el acto de los 70 años de Clarín, diario del que fui colaboradora durante muchos años, y recibí los comentarios de los que habían estado.
Esta mañana, en el diario, leo la crónica. Nada, nadie dijo nada. Lugares comunes en el mejor de los casos, cifras de hechos incomprobables -"este año hay libros para los mås pequeños desde 45 días hasta los 18 años", me pregunto cómo hace un bebé de 45 días para sostener un libro, me pregunto qué diría un muchachón de 17 años si supiera que lo incluyen entre "los mas pequeños"-, una arenga politica también degradada. Tito Cossa, otrora respetable autor de teatro, hoy oficialista. Tampoco pareciera haber dicho nada, los diarios no se refieren al contenido de su discurso.
Y el minuto de silencio por la muerte de Eduardo Galeano? Propio de escuela primaria. O de acto del ejército. Con todo el respeto que me merece su pensamiento, quizas alguno de los presentes hubiera podido referirse a él. O a Gunther Grass, que murió el mismo día.
Leo una carta de lector donde una profesora de Semiologia del CBC en UBA se refiere a la supresión de los talleres de lectura y escritura. Cuando ya sabemos que nadie entiende nada de lo que lee, cuando ya sabemos que expresarse y ser entendido por algunas generaciones resulta cada día más dificil, cuando la UBA fue pionera en America Latina de estos talleres. Dificil entender estas decisiones.
Recuerdo otros tiempos mejores, ferias donde la inauguración era para todos aquellos que trabajabamos seriamente un júbilo y un descubrimiento. Hoy todo es gris, hoy todo es trivial, hoy todo pertenece a una mezcla difícil de definir: intereses meramente comerciales, ansias de poder, mediocridad cultural, falta de interés y de conocimiento por parte de aquellos que debieran orientar las actividades culturales.
Hubiera aprobado que alguien se preguntara si murió el libro. Hubiera tolerado que alguien hubiera mentido diciendo que lee todo el tiempo. Aunque se notara. 
Sigo queriendo nuestra feria. Pero lamentablemente se ha retrocedido demasiado.